30 nov 2010

Poesía de sobremesa


Cuando llegué hace tres meses, venía con la intención de iniciar un trabajo personal de reconciliación con la naturaleza y los elementos naturales, que aportan el color y la vida al mundo. Quien conozca un poquito mi obra, intuirá a qué me refiero. Por ello desde hace casi tres meses estoy aprendiendo ikebana, la técnica japonesa de composición con elementos naturales. 
Una mañanita se trataba de realizar pequeños trabajos en miniatura. 
Esto es lo que resultó de ese bonito día.
Se trata de trabajos de solo algo más de un dedo de altura. Para poner al lado del ordenador, o en cualquier rinconcito donde sería bonito que se hiciera presente de nuevo la Belleza. 
No es necesario mucho material, ni elementos extraordinarios. 
Solo la intención de iluminar un poco nuestro entorno, 
de ofrecerlo a la contemplación y sensibilidad por medio de nuestros ojos.
A los vuestros ofrezco mi pequeño trabajo.



Valeria, nuestra profesaora italiana, casada con un japonés, puso a nuestra disposición toda su colección de pequeños objetos y recipientes con historia, recopilados a lo largo de 20 años de trabajo y procedentes de muchos lugares, sobre todo Japón, para que desarrolláramos nuestra labor. 

Era como un pequeño manjar sobre la mesa.


 Fue bonito poder hablar con ella de las pequeñas cosas, de la composición, del simbolismo, de la concepción sustractiva de la práctica del ikebana y su relación por tanto con la esencia y la materia

Conmovida de poder contrastar el conocimiento que a lo largo de tiempo he vivido con mi trabajo en solitud, con sus concretas y particulares características.

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